Vacunar a los niños no es un
invento de los pediatras, ni de ninguna industria que quiera vendernos algo que
no necesitamos. Las vacunas protegen a los niños de ENFERMEDADES PELIGROSAS,
enfermedades que pueden tener complicaciones graves o secuelas, provocando incluso
la muerte. Algunas de estas enfermedades son ahora muy poco frecuentes, pero es
precisamente porque la mayoría de nuestros niños están vacunados. Las vacunas
son una gran herramienta de Salud Pública que, tal como refleja UNICEF, salva
cada día millones de vidas.
Pero… Si son tan buenas las
vacunas, ¿por qué no estamos obligados a vacunarnos? La ley española de 2011 recoge que vacunarse es voluntario y nadie puede, en principio, ser obligado a
ello. Ahora bien, hay situaciones, como las epidemias, en las que las autoridades pueden imponer la vacunación forzosa.
Todos hemos oído alguna vez sobre
los “temibles” efectos secundarios de las vacunas, su relación con el autismo, pero
¿es verdad? Las vacunas son medicamentos MUY SEGUROS. Como cualquier
medicamento, antes de salir al mercado deben pasar estudios muy estrictos;
además, después de que las comercialicen tenemos que seguir notificando
cualquier efecto secundario que nos encontremos. Sí que es cierto que, como
todos los medicamentos, pueden tener efectos secundarios, pero éstos suelen ser
muy leves, como dolor en la zona del pinchazo, fiebre o sarpullido. Las
reacciones graves son extremadamente raras. Para controlar que no haya grandes
problemas, las vacunas se deben poner en centros preparados y esperar un ratito
tras la vacunación. La gran polémica surgió por un artículo publicado en 1998 en la prestigiosa revista The Lancet por un autor llamado Wakefield, que asociaba la vacuna de la triple vírica (sarampión,
rubeola y paperas) con el autismo, artículo del cual años después el autor se tuvo
que retractar. Buscando más literatura con la que os podáis quedar tranquilos y
ver que esto no es verdad, he encontrado este gran resumen con numerosas
referencias en la web www.healthychildren.org
de la Asociación Americana de Pediatría, para que podáis profundizar.
¿Por qué hay vacunas gratuitas y
otras que debemos pagar? Cada año, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) recomienda un calendario vacunal, acorde a las últimas evidencias científicas,
pero es el Ministerio de Sanidad y cada una de las Comunidades Autónomas quien
establece el suyo. Tenemos vacunas sistemáticas financiadas (son gratuitas y se
ponen de manera universal a todos los niños, a no ser que los padres se
nieguen), entre las que están hepatitis B, difteria, tétanos, tosferina, polio,
Haemophilus influenzae tipo b,
meningococo C, neumococo, sarampión, rubeola y paperas, varicela y el virus del
papiloma humano (sólo para niñas). Hay otras vacunas, como la del rotavirus o
la meningitis B, que el CAV-AEP considera deseable que se vacunen todos los niños,
pero que por razones de coste-efectividad no es posible que se financien de
manera pública. Entonces, ¿es que son menos efectivas? NO, sino que, desde el
punto de vista de la Salud Pública, la administración tiene que elegir. La
vacuna de la meningitis B u otras, como la de la gripe o la hepatitis A, sí que
estarían financiadas en determinados grupos de riesgo (en Murcia, por ejemplo,
ponemos la hepatitis A a todos los niños marroquís o la de la meningitis B a
niños con algunos problemas de defensas).
Vale, pero, ¿por qué si mi hijo
que nació el 29 de Diciembre de 2014 no tiene incluidas las vacunas para
neumococo y varicela y el que nació el 1 de Enero de 2015 sí? En Murcia es así
y no podemos hacer nada. Cuando se decide financiar una vacuna e incluirla en
calendario hay que poner un punto de corte, un momento a partir del cual sí y
en eso no podemos hacer nada, por mucho que lo lamentemos (hay quien nace con
estrella…).
Para nosotros, los pediatras, el
que haya vacunas financiadas y otras que no supone un problema ya que, mi
obligación es informar a todos los papás por igual, independientemente de su nivel
de ingresos, aunque sé que no todos van a poder permitírselo. Esto es injusto
para los niños, porque supone una diferenciación que no se debería permitir. La
Ley General de Sanidad de 1986 indica que “la política de salud estará
orientada a la superación de los desequilibrios territoriales y sociales”.
Ante esto sólo nos queda el derecho al pataleo, esperar que las cosas vayan
mejorando con el tiempo y que se puedan ir incluyendo nuevas vacunas para
todos.
Creo que por hoy ya está bien. Es
un tema muy extenso y sobre el que podría estar escribiendo días. Hay que
dosificarse. Otro día seguimos con más aspectos de este tema tan interesante (proponed
si hay algo específico que os interese).
Hasta la próxima,
Dra. Matilde Zornoza Moreno
(Pediatra2punto0)
PD: Podéis ampliar información,
para los más aplicados, en la web del CAV-AEP, que hay una sección para familias.
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